El ladrón de las Sombras es el primer volumen de las Crónicas de Siala. Escrito por el ruso Alexey Pehov (Алексей Юрьевич Пехов), narra las aventuras (o desventuras) de Harold el Sombra, el mejor ladrón del reino.
Tras siglos de calma un gran peligro vuelve a acechar a los habitantes de la gran ciudad de Avendoom. El Sin nombre, el mal y la oscuridad encarnados en un hechicero, está reuniendo sus ejércitos de ogros, gigantes y otras criaturas para ejecutar finalmente su venganza.
Fuente: www.scyla.com |
La novela nos introduce en un mundo fantástico, en el que el autor pretende alejarse de los estereotipos propios del género, privando a los elfos de su conocida belleza, o a los enanos de su más preciado bien: su barba. No obstante, todo ello acaba quedando en anécdota ya que dichas pinceladas no acaban por redefinirlo, aunque se agradece el intento.
Lo más destacable de la novela es que aborda toda la historia en primera persona, con Harold el Sombra en lel papel de narrador, aunque el autor no explote al cien por cien las posibilidades que esto ofrece y no aproveche para profundizar más en la psique del personaje.
Otro aspecto a tener en cuenta es el realismo, el pesimismo, o incluso el cinismo y la frialdad, en la descripción de los hechos al que nos tienen acostumbrados otros autores de los países del este de Europa, como el polaco Andrzej Sapkowski. De hecho, el Pehov comparte algunos elementos en común con Sapkowski, como son el uso del antihéroe como protagonista principal o la sobriedad de su narrativa.
Para finalizar, y aprovechando la comparación entre ambos autores, cabría comentar la cita de Patrick LoBrutto en la portada de la edición española de la novela, llevada a cabo por Minotauro: Comparable a Terry Goodkind y Robert Jordan". La única verdad en dicha afirmación radica en comparar a Goodkind con Jordan porque, lo que es Pehov, se parece a ellos como un huevo a una castaña.
Fuente: www.alexeypehov.com |
Tampoco le hace un gran favor el diseño de la portada; en esencia, un calco de la de Patrick Rothfuss en El Nombre del Viento (cosa que no sucede en las ediciones de otros países). Aunque supongo que si lo que buscaban era infundir error y que alguien acabase comprando la obra de Pehov creyendo que estaba adquiriendo la de Rothfuss, lo habrán logrado.
Aun así, y dejando de lado las decisiones editoriales, la obra de Pehov cuenta con elementos lo suficientemente atractivos como para apostar por él y recomendar su lectura.
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